Microsoft se opone a un mercado con descuentos de hasta el 80%.
Mientras la mayoría de los productos pierden valor por el uso diario, una licencia de software de segunda mano siempre está nueva, y no se desgasta". Este es el gancho comercial de UsedSoft, la empresa pionera en Europa en el negocio de la reventa de licencias de software.
La investigación abierta este martes por la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) a Microsoft por "impedir y limitar de forma injustificada la reventa de licencias de su software", ha dado visibilidad a una actividad, aún pequeña y nueva en España.
"Nuestro negocio suena a ilegal, a piratería, y eso es lamentable", se queja Samer Alnasir, director del grupo Elegant Business, propietario de la marca Softbrocker y autor de la demanda a Microsoft que ha desatado el expediente de la CNC. Alnasir acusa a Microsoft de tener mucha culpa de ello, porque a través de sus portavoces y socios comerciales "engañan" a la gente sobre la legalidad de la reventa de sus licencias.
UsedSoft y Softbrocker no están solas. Otras empresas, como la alemana De Pronto, comparten mercado con ellas. También existen plataformas online que facilitan la compraventa de licencias de software usado a modo de anuncios clasificados. Es el caso de Priceminister o Aplico Software, que funciona de forma parecida a eBay. "Disponemos de un programa (Aplico Plus) de valoración de productos propio y actualizado continuamente que marca el precio óptimo de compra y venta de software, películas y videojuegos de forma automática. Se trata de una línea de negocio de excelente margen, aproximadamente un 35%", explica un portavoz de esta última.
Todas defienden que comprar licencias usadas es una alternativa legal y económica, porque los compradores se pueden ahorrar entre un 20% y un 50%, e incluso en algunos casos hasta un 80%. "Depende del producto, de la demanda del mismo y de las licencias que tengamos", continúa Alnasir, que aclara que ellos aceptan pedidos por cualquier valor para dar tranquilidad y confianza al usuario. Otras firmas como UsedSoft o Depronto exigen un volumen mínimo de ventas para la adquisición de licencias de software usado. En el caso de la primera, de 2.000 euros. Y, según explican, ello se debe a los gastos de la firma notarial que la compañía entrega a sus clientes con cada compra y que se computan a partir de una determinado volumen de ventas. "La testificación notarial garantiza que el nuevo comprador es, en todo caso, el único usuario legal de la licencia", añaden.
Estas empresas, que compran licencias de software por todo el mundo y después las revenden en múltiples países, recuerdan también que su portafolio no se limita a licencias de software que actualmente están en el mercado sino también versiones antiguas que el fabricante ya no distribuye. Es el caso de Windows Vista. La ventaja, dicen, es que estas versiones normalmente requieren menos potencia de hardware, lo que permite otros ahorros a sus clientes.
La investigación abierta este martes por la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) a Microsoft por "impedir y limitar de forma injustificada la reventa de licencias de su software", ha dado visibilidad a una actividad, aún pequeña y nueva en España.
"Nuestro negocio suena a ilegal, a piratería, y eso es lamentable", se queja Samer Alnasir, director del grupo Elegant Business, propietario de la marca Softbrocker y autor de la demanda a Microsoft que ha desatado el expediente de la CNC. Alnasir acusa a Microsoft de tener mucha culpa de ello, porque a través de sus portavoces y socios comerciales "engañan" a la gente sobre la legalidad de la reventa de sus licencias.
UsedSoft y Softbrocker no están solas. Otras empresas, como la alemana De Pronto, comparten mercado con ellas. También existen plataformas online que facilitan la compraventa de licencias de software usado a modo de anuncios clasificados. Es el caso de Priceminister o Aplico Software, que funciona de forma parecida a eBay. "Disponemos de un programa (Aplico Plus) de valoración de productos propio y actualizado continuamente que marca el precio óptimo de compra y venta de software, películas y videojuegos de forma automática. Se trata de una línea de negocio de excelente margen, aproximadamente un 35%", explica un portavoz de esta última.
Todas defienden que comprar licencias usadas es una alternativa legal y económica, porque los compradores se pueden ahorrar entre un 20% y un 50%, e incluso en algunos casos hasta un 80%. "Depende del producto, de la demanda del mismo y de las licencias que tengamos", continúa Alnasir, que aclara que ellos aceptan pedidos por cualquier valor para dar tranquilidad y confianza al usuario. Otras firmas como UsedSoft o Depronto exigen un volumen mínimo de ventas para la adquisición de licencias de software usado. En el caso de la primera, de 2.000 euros. Y, según explican, ello se debe a los gastos de la firma notarial que la compañía entrega a sus clientes con cada compra y que se computan a partir de una determinado volumen de ventas. "La testificación notarial garantiza que el nuevo comprador es, en todo caso, el único usuario legal de la licencia", añaden.
Estas empresas, que compran licencias de software por todo el mundo y después las revenden en múltiples países, recuerdan también que su portafolio no se limita a licencias de software que actualmente están en el mercado sino también versiones antiguas que el fabricante ya no distribuye. Es el caso de Windows Vista. La ventaja, dicen, es que estas versiones normalmente requieren menos potencia de hardware, lo que permite otros ahorros a sus clientes.
¿Cabe el soporte técnico dentro de la reventa?
Al comprar un programa informático, el usuario suele adquirir también una serie de servicios adicionales: actualizaciones, soporte técnico... Es el fabricante del software quien ofrece estos servicios. Y es ahí donde aparece uno de los tapones para las empresas que revenden licencias. No pueden asegurar que quien compre una licencia de segunda mano disfrute de los servicios añadidos que ofrece el propietario del programa. De hecho, algunos fabricantes de software se suelen negar, mientras la legislación dice "que no pueden retirar el soporte de forma discriminatoria alegando la reventa", dice Samer Alnasir. Este añade que lo que ellos revenden no es el software, sino la licencia, "que es un título jurídico que habilita el uso de la aplicación informática".Las empresas de reventa de licencias interpretan la cerrazón de los fabricantes como una práctica contra la libre competencia y tratan de otorgar seguridad al sus clientes.
"Softbrocker incluye en sus contratos cláusulas por las que nos hacemos responsables solidarios en caso de que haya cualquier inconveniente en el uso y disfrute de la licencia durante cinco años". Otros, como UsedSoft, se aventuran a asegurar en su web que "al comprar una licencia de software usado usted dispone de todos los servicios posventa del productor".
"El usuario pirata es el comprador más común"
Las empresas que venden software de segunda mano primero deben comprar las licencias para poder después revenderlas. Samer Alnasir explica cuál es el perfil del comprador y del vendedor.Las circunstancias que pueden llevar a vender un software son infinitas, dice. Desde una fusión o disolución de una empresa, a ampliaciones empresariales o simplemente la migración de una versión a otra, o incluso cambios de filosofía, como es contratar servicios de hosting a otra empresa y virtualizar sus servidores y amortizar sus licencias existentes.
En cuanto al perfil del comprador, hay muchos: empresas de todo tipo y administraciones. Aún así, Alnasir señala que "el perfil más común que nos llega, siempre apurado y con eminente necesidad, es el usuario pirata. La típica pyme que usa software sin contar con la licencia correspondiente, y que apresurado por una inspección o auditoría, recurre al software de segunda mano como alternativa para legalizar una situación manifiestamente delictiva".
El director de Elegant Business también cuenta que en su stock tienen abundancia de licencias nuevas pero en reventa. "Y ello se debe a otro escándalo de irregularidad. Hay fabricantes de hardware que imponen con sus equipos un software concreto, lo que impide la libre elección del usuario. Así, muchas empresas nos revenden estas licencias nuevas, precintadas, porque prefieren utilizar otras soluciones. Eso es muy común".
David. M. Pérez / Mar Jiménez - Madrid - 22/09/2011 - 07:00
Fuente: cincodias.com
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